La transformación digital de la atención de la salud puede ser perturbadora. Así lo comenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su “Estrategia mundial sobre salud digital 2020-2025”. Pero allí también se explicita que tecnologías como la internet de las cosas, la asistencia virtual, la supervisión a distancia, la inteligencia artificial, la analítica de macrodatos, los dispositivos inteligentes para llevar encima, entre muchas otras, tienen la capacidad para mejorar los resultados sanitarios. Las nuevas tecnologías también tienen injerencia en la enfermería. Impactan de lleno en diagnósticos médicos, decisiones terapéuticas, terapias digitales, ensayos clínicos, continuidad de cuidados e, incluso, en el autocuidado de los pacientes.

Además, permiten ampliar los conocimientos basados en la evidencia, las aptitudes y las competencias de los profesionales para prestar servicios de salud. Quienes se dedican a la enfermería ven cómo la tecnología, en el último tiempo, en mayor o menor medida, ha ido modificando la actividad profesional. Adriana del Pilar Espín Arguello, licenciada en enfermería de la Universidad Estatal de Bolivar (Ecuador), lo relata en una revisión publicada recientemente en la Revista Cubana de Informática Médica. En el artículo, además, deja un mensaje que puede ser tranquilizador: en la actualidad, las nuevas tecnologías no suplen el cuidado de los profesionales de enfermería. Son solo herramientas que sirven de apoyo a su labor.

El texto se nutre de 17 artículos y 3 informes publicados acerca del tema en distintas bases de datos y durante los últimos seis años. Gracias a un enfoque cualitativo, el análisis de la información disponible identifica dispositivos de tecnología vestible (wearables, en inglés), aplicaciones móviles y hasta robots utilizados en la práctica de la enfermería.

La dificultad radica en que los resultados obtenidos en su mayoría provienen de naciones como Japón, China, Alemania, Estados Unidos, o España. Esto no hace otra cosa que dejar en evidencia, también en este ámbito, la brecha digital que existe entre países. “En América Latina aún no se ha fortalecido la teleenfermería a través de sus diferentes criterios como el diagnóstico, seguimiento remoto, tratamiento y educación en salud”, acota en el artículo la Lic. Espín Arguello.

Tecnologías vestibles al servicio de la enfermería

En la investigación se consignan tres dispositivos de tecnología vestible útiles para enfermería. Vale recordar que los wearables son aquellos dispositivos o sensores que una persona carga en su cuerpo. En el ámbito sanitario se emplean generalmente para la monitorización y el tratamiento de enfermedades crónicas. Existen sensores fisiológicos, de movimiento y hasta bioquímicos para tal fin.

Entre los últimos se destacan aquellos diseñados para monitorear la glucosa de manera continua. Por vía subcutánea calculan el nivel de glucemia, encienden alarmas en caso de hipoglucemias e hiperglucemias y tienen la facilidad para comunicarse vía bluetooth. En definitiva brindan independencia al paciente con diabetes y un control más preciso de la enfermedad a los profesionales de la salud.

El monitoreo de enfermedades cardiovasculares también se ha beneficiado con dicha tecnología. Son ya bastante conocidos los relojes que, a través de la fotopletismografía, captan y registran ondas pulsátiles para identificar anomalías. Algunos además ya tienen la capacidad para registrar la actividad eléctrica cardíaca. Para Espín Arguello, constituyen herramientas adecuadas para el uso del personal de enfermería en la monitorización remota de los pacientes con afecciones cardiovasculares. “Pueden contribuir en el diagnóstico y prevención de infartos, accidentes cerebrovasculares, y son de utilidad principalmente en la fibrilación auricular”, comenta en el artículo.

De aplicaciones a robots

Se calcula que a nivel mundial existen alrededor de 350.000 aplicaciones relacionadas con el cuidado de la salud.

Y muchas de ellas tienen un impacto directo en la práctica de la enfermería. Se caracterizan por tener un acceso bilateral y promover el intercambio de información entre el profesional de salud y el paciente. De ese modo, facilitan el cuidado a distancia y contribuyen al desarrollo de la teleenfermería. Ya existen experiencias interesantes en el cuidado domiciliario de pacientes con neoplasias, en el monitoreo de signos o síntomas en pediatría, o en el desempeño de cuidadores de personas con enfermedades crónicas.

Algo que parece de ciencia ficción, pero que paulatinamente llega a la enfermería, es la tecnología robótica. En ese sentido, en el artículo se mencionan robots que sirven de apoyo. Uno de ellos, denominado TUG, se encarga de transportar de manera autónoma medicamentos, insumos, alimentación, suministros, pruebas, o resultados en los hospitales. Esto permite alivianar las tareas de los profesionales de enfermería y enfocarlos directamente en cuestiones clínicas.

Retos de la tecnología en enfermería

En el trabajo se destaca la necesidad de que el profesional de enfermería se mantenga actualizado en estas tecnologías. Consideran conveniente el empleo de herramientas innovadoras, capaces de disminuir la carga laboral y facilitar el cuidado humano.

Pero también señala la necesidad de lograr una correcta triangulación entre el profesional de enfermería, el paciente o sus cuidadores y estas nuevas tecnologías. Todos deben interactuar en un ecosistema de salud en donde lo que se busca es dar un cuidado integral, continuo y personalizado. “Sin lugar a dudas, lo que caracteriza la atención enfermera desde la epistemología y la ontología es el trato humano y personalizado, que a pesar de las nuevas tecnologías presentes, no se puede descuidar”, advierte en el artículo la licenciada Espín Arguello.