Este 7 de abril transcurre un nuevo Día Mundial de la Salud marcado por la pandemia de COVID-19. Se trata de una efeméride instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año, busca generar consciencia acerca de la necesidad de construir un mundo más equitativo en el acceso al sistema sanitario por parte de la población.

Según la OMS, el virus SARS-CoV-2 ha golpeado duramente a todos los países, pero su impacto ha sido más acusado en las comunidades que ya eran vulnerables.

Aquellas más expuestas a la enfermedad, con menos probabilidades de acceder a servicios de salud de calidad y mayores posibilidades de sufrir consecuencias adversas debido a medidas aplicadas para contener la pandemia.

“A pesar de los esfuerzos que se han llevado a cabo por parte de las organizaciones internacionales, y hasta por los servicios locales de salud, lograr equidad en un mundo globalizado pareciera ser aún una misión imposible”, comentó desde México la Dra. Alejandra Chávez Ortiz, jefa de departamento en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Además, agregó que “en México, durante la presente pandemia debido al virus SARS-CoV-2, se ha hecho más tangible la inequidad existente, quedando a la vista la precariedad de los servicios públicos de salud ante las decisiones tomadas con perspectiva de elecciones y no de salud pública”.

La COVID-19 desnudó falencias de los sistemas de salud en el mundo, y Argentina parece no haber sido la excepción. Para el Dr. Oscar Rizzo, médico neumonólogo y jefe del Departamento de Urgencias del Hospital María Ferrer, en Buenos Aires, la COVID-19 obligó al sistema de salud -fragmentado e ineficiente en materia de prevención- a reordenar su estructura sanitaria para atender una crisis masiva de salud pública. “El sector público fue quien llevó el mayor peso de la demanda de servicios”, aseguró el Dr. Rizzo.

Para la Dra. Chávez Ortiz, en México también existió un mayor enfoque en la atención de casos graves de COVID-19, dejando de lado la estrategia más básica y sencilla, que era apostar por la propia prevención.

Se deben recopilar datos fiables de la pandemia por COVID-19

La OMS considera fundamental que durante la pandemia por COVID-19 se garantice la recopilación y el uso de datos oportunos y fiables. Solo de ese modo es posible evaluar desigualdades y tomar medidas que tengan impacto. “Los datos oficiales en Ecuador nunca han logrado transparentar sus cifras en lo que va de la pandemia. Es escalofriante pensar que, aproximadamente, una de cada tres muertes se logra reportar en el país”, se lamentó el Dr. Daniel Simancas Racines, investigador de la Universidad UTE y director del Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica (CISPEC).

“Los datos oficiales reportan 16.956 fallecidos, cuando a través de los datos de registro civil -comparado con el promedio de los 5 años anteriores- nos muestra un exceso de 54.440. Estos datos ubican a Ecuador como el segundo país más golpeado por la pandemia, luego de Perú”, afirmó el Dr. Simancas Racines.

Ecuador es el país con menor disponibilidad de pruebas diagnósticas en la región. Para el investigador, debido a que no se hacen testeos masivos, no es factible dar con una aproximación confiable al número de casos de infectados y enfermos. Tampoco se puede visualizar una curva epidemiológica ajustada a la realidad para tomar decisiones informadas y técnicas. “Vamos a ciegas, prácticamente” alertó.

Falla la equidad en vacunas contra SARS-CoV-2

En tanto que a la Dra. Chávez Ortiz le genera inquietud cómo la inequidad ha limitado el acceso a equipos de protección (EPP) y vacunas a parte del propio personal de salud. Comenta que en México la adquisición de elementos del EPP ha corrido, en un gran porcentaje, por cuenta del propio personal o gracias a donaciones realizadas por la población. “Se ha establecido la vacunación al personal de las áreas de atención a pacientes con COVID-19, dejando en la total desprotección al personal de salud restante que ha continuado otorgando servicios a la población”, sentenció la Dra. Chávez Ortiz.

La equidad en la distribución de vacunas es un motivo de preocupación central para la OMS. La consideran vital para terminar con la pandemia, reactivar economías y empezar a abordar otros grandes retos tales como la inseguridad alimentaria o la crisis climática.

“Las vacunas generadas en tiempo récord, y con plataformas innovadoras, son una esperanza para poder acortar los tiempos de pandemia. Sin embargo, han sido acaparadas por los países de mayor poder adquisitivo”, comentó el Dr. Rizzo. “Argentina no está exenta, tenemos vacunas a cuentagotas”, afirmó.

“El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, cuyo precio se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, alertó recientemente Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. Pide un mayor compromiso de los gobiernos para abordar las causas fundamentales de las desigualdades y modificar el panorama.

En sintonía, el Dr. Simancas Racines cree que si no se logran incrementar testeos, aislamientos y administración de vacunas, muy poco cambiara la realidad para Ecuador.

Para la Dra. Chávez Ortiz, debe ser pertinente estructurar planes de prevención y contención enfocadas en dar una respuesta acorde y de fácil acceso ante estos fenómenos. “Nos merecemos reconsiderar cómo está planteado el sistema de salud en el mundo”, concluyó el Dr. Oscar Rizzo.