La actriz que interpreta a Daenerys Targaryen reveló que fue operada por primera vez en 2011, al terminar de grabar la primera temporada de la serie de HBO
Su personaje ha sido capaz de crear y dominar a tres dragones, de liberar pueblos oprimidos, de enfrentar a múltiples enemigos y de reclamar el Trono de Hierro en la serie televisiva Juego de Tronos. Sin embargo, fuera del set, la actriz Emilia Clarke, quien interpreta al personaje de Daenerys Targaryen, ha debido librar otro tipo de batalla.
Aneurisma cerebral fue el diagnóstico que los profesionales de la salud dieron a esta artista que sufría de múltiples síntomas como fuertes dolores de cabeza y debilidad física. Para el momento del primer hallazgo, en 2011, la joven tenía 24 años y acababa de culminar la grabación de la primera temporada de la serie.
Según relató Clarke en una entrevista al medio The Newyorker, los primero síntomas los tuvo durante un entrenamiento físico que había decidido realizar para reducir el estrés. “Sentí como si una banda elástica me apretara el cerebro. Intenté ignorar el dolor, pero no pude. Le dije a mi entrenador que tenía que tomar un descanso”.
Recuerda que se arrastró hacia el vestuario y se arrodilló con nauseas y mucho dolor. “Sabía lo que estaba sucediendo: mi cerebro estaba tocado”. De acuerdo con la artista, una mujer la encontró y llamó pidió apoyo médico para trasladarla a un centro asistencial. “Recuerdo el sonido de una sirena, una ambulancia; escuché nuevas voces, alguien diciendo que mi pulso era débil, mientras yo vomitaba bilis. Alguien encontró mi teléfono y llamó a mis padres”.
El testimonio de la artista en la revista detalla su padecer: “Una nube de inconsciencia se posó sobre mí. Como nadie sabía qué me pasaba, los médicos y las enfermeras no podían administrarme medicamentos para aliviar el dolor. Finalmente me hicieron una resonancia magnética, una exploración del cerebro. El diagnóstico fue rápido y siniestro: una hemorragia subaracnoidea (SAH, por sus siglas en inglés), un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, causado por una hemorragia en el espacio que rodea el cerebro. Tuve un aneurisma, una ruptura arterial”.
Según los registros dela Clínica Mayo, “un aneurisma cerebral es una protuberancia o dilatación en un vaso sanguíneo en el cerebro. En ocasiones, tiene el aspecto de una cereza que cuelga de un tallo. Un aneurisma cerebral puede presentar una pérdida o una rotura, y causar sangrado en el cerebro (accidente cerebrovascularhemorrágico)”.
Sus causas de aparición todavía no han sido descritas, pero existen factores de riesgo como la hipertensión, el tabaquismo, la ingesta excesiva de alcohol, la edad avanzada, o elementos hereditarios como trastornos del tejido conjuntivo, o malformación arteriovenosa cerebral, entre otros.
Ante la gravedad del diagnóstico de la actriz, los profesionales de la salud decidieron que debían practicarle urgentemente una cirugía y asumir los riesgos que una intervención quirúrgica de este tipo podrían significar al ser practicada en un personaje con ese nivel de exposición pública.
“Como supe más tarde, aproximadamente un tercio de los pacientes con SAH mueren inmediatamente o poco después. Los pacientes que sobreviven requieren tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un riesgo muy alto de una segunda hemorragia, a menudo mortal. Si quería vivir y evitar secuelas terribles, tenía que someterme a una cirugía urgente”, relata la artista.
La actriz recuerda que al despertar no pedía pronunciar su nombre y se sentía en una especie de vacío de la memoria. “En mis peores momentos, llegué a pedir a los médicos que me dejaran morir. Mi trabajo, todos mis sueños, están centrados en el lenguaje y en la comunicación. Sin eso, estaba perdida”, relató. Sin embargo, el resultado final de esta primera operación realizada en el hospital nacional de Neurología y Neurocirugía de Londres fue positivo.
Superado el dolor de la recuperación y las dificultades, Clarke regresó al set de Juego de Tronos y continuó interpretando a madre de los dragones. Los médicos le informaron que le habían encontrado otro aneurisma pequeño al otro lado del cerebro que podía romperse en cualquier momento pero que, debido a su tamaño minúsculo, era posible cuidarlo y atenderlo con tratamientos menos invasivos.
Durante la segunda y tercera temporada, tuvo momentos difíciles: “Bebía morfina entre entrevista y entrevista. El dolor seguía allí y sentía un cansancio como multiplicado por un millón. Recuerdo que pensé: ‘no puedo pensar ni apenas respirar, y mucho menos ser encantadora”, relató.
Pero entonces los médicos notaron que el bulto había crecido y que debía ser operada de nuevo con el mismo método novedoso usado en la primera intervención. “Cuando me despertaron, gritaba de dolor. El procedimiento había fallado. Tuve una hemorragia masiva y los médicos me dijeron que mis probabilidades de sobrevivir eran escasas si no volvían a operar. Esta vez necesitaban acceder a mi cerebro de la manera tradicional, a través del cráneo. Y la operación tenía que realizarse de inmediato”, detalló la actriz.
“La recuperación fue aún más dolorosa de lo que había sido después de la primera cirugía. Parecía que había pasado por una guerra más espantosa que cualquiera de las que haya experimentado Daenerys. Salí de la operación con un drenaje que me salía de la cabeza”, explica. “Ahora no se ve la cicatriz que me recorre el cuero cabelludo hasta el oído, pero al principio pensaba que sería visible”.
La actriz, que ahora protagoniza la octava temporada de Juego de Tronos, ya asegura estar recuperada al 100%. Como resultado de toda esa travesía, creó una fundación llamada SameYou, que tiene como objetivo brindar tratamiento a las personas que se recuperan de lesiones cerebrales. “Les doy las gracias a mi madre y mi hermano, a mis médicos y enfermeras, y a mis amigos”, concluyó.
'-Personal History. A battle for my life. The New Yorker. 2019. -Clinica Mayo. Aneurisma Cerebral.
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