Hasta el 3 de mayo hubo, a nivel mundial, 6,93 millones de muertes por COVID-19 y no 3,27 millones, como sugieren las cifras oficiales.
Según un estudio del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, hasta el 3 de mayo hubo, a nivel mundial, 6,93 millones de muertes por COVID-19 y no 3,27 millones, como sugieren las cifras oficiales. Además, la investigación predice que, para el 1ero de septiembre del 2021, el número total de víctimas fatales de la pandemia llegará a 9,43 millones.
Pero, ¿por qué existe una diferencia tan notoria entre las cifras oficiales y las del IHME?, ¿qué cifras se deben considerar válidas? Pues todo depende de cómo se realicen las mediciones. La diferencia principal se encuentra en el enfoque y este es el punto interesante del estudio.
El IHME estima la tasa de mortalidad total de COVID-19 a partir de la medición, semana a semana, de la tasa de mortalidad en exceso durante la pandemia, en comparación con la tasa de mortalidad que se hubiera esperado según las tendencias de años anteriores.
Sin embargo, la tasa de muerte en exceso no es igual a la tasa de muerte por COVID-19. El exceso de mortalidad está influenciado por diversos factores que se relacionan con la pandemia y los mandatos de aislamiento social que surgieron con ella.
Para el IHME, estos son los tres factores que aumentaron el promedio de exceso de mortalidad y que se relacionan, directamente, con la situación de pandemia:
Aunque los investigadores subrayan que existen otros factores que también han repercutido en los índices de mortalidad, pero de forma positiva: han generado descensos en el número de muertes.
Entre los factores que generaron una disminución en el índice de mortalidad, se encuentran:
Los investigadores, asimismo, destacan un descenso en la tasa de mortalidad a causa de afecciones crónicas (cardiovasculares o respiratorias), ya que personas con esas patologías no fallecieron debido a ellas sino por la infección de COVID-19.
En el informe, a México se le atribuyen 617.127 muertes por COVID-19, una cifra 2,83 veces mayor que la oficial. Por su parte, Argentina y Brasil han presentado informes de muerte por COVID-19 relativamente precisos.
En otros países, como Ecuador y Perú, la discrepancia entre las muertes informadas y los análisis de las tasas de muertes en exceso, sugiere que la tasa total de mortalidad por COVID-19 es, ampliamente, más grande que la que indican los informes oficiales.
Con respecto a esto, el director del IHME, Chris Murray señaló que si bien algunos gobiernos pueden atribuir las muertes por COVID-19 a condiciones comórbidas para mantener su número bajo, la razón más frecuente para no reportar los decesos por dicha infección es la realización de pruebas inadecuadas.
En tanto, Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, (CDC por sus siglas en inglés), señaló en una rueda de prensa, que la institución estudiará el informe. “Analizaremos esto con detenimiento y decidiremos si contabilizar [los decesos] como muertes en exceso o como muertes específicas por COVID”, dijo.
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