Los nuevos conocimientos médicos y desarrollos tecnológicos instalan la necesidad de una modernización de los sistemas de salud. De manera legítima, la población siempre pide por instituciones sanitarias acordes al tiempo en el que vive. En los hospitales, eso se traduce en un incremento en la demanda de nuevas prestaciones y en desafíos para la gestión hospitalaria y la adaptabilidad de dicho ámbito sanitario.

La modernización implica siempre una nueva forma de gestión. Intenta mejorar y transformar procesos y acciones que permitan responder de manera fidedigna a una nueva realidad. Está claro que ese camino siempre demanda esfuerzo y la salida de la zona de confort. Pero, a nivel hospitalario la recompensa incluye un mejor funcionamiento de distintas estructuras, una mayor precisión en actividades y un incremento en la confianza de la población.

Modernización: una gestión hospitalaria sin recetas universales ni punto final

Un artículo, publicado en la Revista del Cuerpo Médico Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, aborda este importante tópico de gestión hospitalaria. El texto lleva la firma en primer término del magíster Oscar Augusto Vásquez Sáenz, integrante de la Universidad César Vallejo (Perú). Allí se menciona que no existen recetas universales de modernización hospitalaria que conduzcan de manera automática a administraciones más eficaces.

El proceso siempre requiere, entonces, de un traje a medida. Y para confeccionarlo se debe reposar en la evaluación, el monitoreo y una permanente retroalimentación. Por otro lado, la modernización hospitalaria nunca tiene un punto final. Ya que siempre surgen nuevas necesidades en el cambiante entorno sanitario. “El sector salud en los últimos tiempos ha sufrido diversas modificaciones y esto no solamente hace referencia a su infraestructura, ni intereses particulares, sino que se originan en un dinamismo en constante variabilidad”, comentan los autores en el texto.

Con el eje en el paciente

La modernización siempre busca una gestión hospitalaria integrada, sistemática y eficiente. Dotada de una operacionalidad funcional sostenida, ligada a los avances científicos o tecnológicos y con la suficiente capacidad para impactar en la administración. Pero aquí el eje, necesariamente, debe pasar por el paciente. Y lo ideal es que las demandas de este último sean el principal orientador en la toma de decisiones.

La evolución del sistema de salud hospitalario procura acompañar a los pacientes en su recuperación. Y en ese sentido, la modernización en los hospitales permite mejoras notables en los diagnósticos y tratamientos brindados. Aunque también habilita la puesta en marcha de diversas estrategias preventivas. En el texto, se menciona que los individuos siempre recurren a los hospitales cuando ya están con la enfermedad en franco desarrollo. Pero un proceso de modernización es también capaz de generar concientización y consultas para evitar que aparezca una determinada patología.

Gestión hospitalaria: cubrir las necesidades de la población

Actualmente, los sistemas de salud se encuentran bajo presión debido al envejecimiento de la población, el incremento en los costos de las tecnologías médicas, la austeridad en los presupuestos y el aumento de las expectativas de salud de los pacientes. Una manera de hacer frente a estas presiones consiste en optimizar los recursos e incrementar la calidad de la atención.

La gestión hospitalaria reposa en la administración con fundamento y racionalidad económica. Siempre resulta central ejercer un control basado en los principios de eficacia, eficiencia y efectividad. Pero, según el texto, no debe perderse de vista que “el proceso de modernización hospitalaria es la respuesta a múltiples necesidades que surgen dentro de la vida de la población. Y aquí es necesario que se tomen las mejores decisiones que permitan colmar expectativas”.