Este 12 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Acción contra la Migraña. La Organización Mundial de la Salud (OMS) coloca a esta patología entre las 20 enfermedades que más incapacidad generan en todo el mundo. Según la entidad, el 14% de la población mundial sufre migraña.

En América Latina, la prevalencia de migraña resulta elevada y se ha mantenido constante en los últimos años. Aquí se caracteriza por afectar de manera desproporcionada al sexo femenino. Y genera especial preocupación el bajo acceso a fármacos triptanes y a otros tratamientos preventivos para la patología. Por otro lado, la automedicación con analgésicos o ergotamínicos resulta un problema frecuente en la región.

Persiste elevada la prevalencia de migraña

En los últimos años, las tasas de cefaleas primarias han registrado un lento descenso en Latinoamérica. Pero dicha disminución ha sido a expensas de un menor reporte de cefaleas tensionales. La prevalencia de migraña pasó del 3,68% en 1985 a un 17,10% en 2006. Desde entonces se ha mantenido en valores relativamente estables. Y según una investigación reciente, publicada en la revista Cephalalgia, actualmente se sitúa en un 15%. La revisión sistemática, y posterior metaananálisis, lleva la firma en primer término de Kevin Pacheco Barrios, investigador de la Universidad de Harvard. Allí se menciona que en América Central y Sudamérica, existe un mayor reporte de casos de migraña que en otras regiones del continente. Y adjudica a Colombia los valores más elevados.

Algunos factores que podrían estar detrás de esos números son diversos y aún no del todo bien conocidos para la región. Incluyen entre otros: el incremento de la prevalencia de obesidad en la población general, la contaminación ambiental, el habitar zonas de altitud geográfica o el consumo elevado de café. Por otro lado, al igual que sucede con otras cefaleas primarias, se reporta un mayor número de casos de migraña en zonas urbanas que en áreas rurales. El estrés de las grandes ciudades o una dieta con un mayor nivel de alimentos ultraprocesados, podría explicar dicho fenómeno. “La fisiopatología de la migraña sugiere un fuerte componente orgánico y genético. Además, en América Latina algunos factores ambientales podrían influir en la epidemiología de este tipo de cefalea”, comenta Barrios en el texto.

Mayor reporte y cronificación en mujeres

Según el trabajo citado, en Latinoamérica la migraña es cuatro veces más prevalente en mujeres que en hombres (12.78%, 95% CI: 9.19–16.85 vs. 3.50%, 95% CI: 2.47–4.69). Esto se encuentra en sintonía con lo observado en otras regiones del planeta y tiene que ver con cuestiones vinculadas al sexo biológico. Las hormonas sexuales femeninas ya han sido asociadas con una mayor intensidad y recurrencia del padecimiento.

La migraña suele ser el tipo de cefalea primaria que presenta mayor riesgo de cronificación. Algo que explicaría en parte la mayor prevalencia de cefaleas crónicas que se detecta en mujeres de la región. Pero aquí también entran en juego cuestiones vinculadas al género. “Además del papel biológico de las características asociadas al sexo, el concepto de género femenino instala un conjunto de inequidades transversales, que se traducen en desventajas en el acceso a la atención sanitaria. Todas estas disparidades podrían contribuir a explicar la alta prevalencia de cefaleas crónicas en mujeres latinoamericanas”, puede leerse en el texto.

No infravalorar el impacto de la migraña

Se espera que la imagen epidemiológica brindada por la investigación ayude a fijar prioridades. Y permita encaminar acciones preventivas y terapéuticas tendientes a disminuir la prevalencia de migraña en Latinoamérica. Es que conocer mejor factores de riesgo modificables- como por ejemplo la obesidad, la dieta o algunos padecimientos mentales- puede contribuir a diseñar programas específicos para cada comunidad.

En América Latina la prevalencia de cefaleas crónicas está por encima de la registrada en otras partes del mundo. A pesar de ello, su impacto suele ser infravalorado. Es por eso que en el estudio, y durante este día en particular, se pide para la región un mejor control de factores de riesgo modificables, un mejor manejo de los episodios agudos y un mayor acceso a medicamentos preventivos. Y, por supuesto, también una mayor perspectiva de género.