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ENFERMERÍA

Catéter venoso periférico: datos para la enfermería de América Latina

La colocación de un catéter venoso periférico resulta una práctica rutinaria en enfermería. Un nuevo estudio aporta datos útiles para la realidad de los profesionales de enfermería de América Latina. Piden por guías en español y adaptadas al contexto local que permitan unificar criterios en los procedimientos.

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Los aspectos más relevantes del artículo

  • Alrededor de un 70% de los pacientes hospitalizados requieren la colocación de un catéter venoso periférico.
  • Identifican en América Latina prácticas relacionadas que se apartan de guías o normas internacionales.
  • Se necesitan recomendaciones adaptadas al contexto local.

La inserción de un catéter venoso periférico (CVP) resulta uno de los procedimientos más realizados en enfermería a nivel global. Alrededor de un 70% de los pacientes que son hospitalizados requieren de un acceso venoso periférico para el diagnóstico y tratamiento del problema de salud que los aqueja. Pero a pesar de ser una práctica rutinaria, no está exenta de complicaciones. Entre otras se destacan: el desplazamiento, remoción accidental, flebitis, oclusión, infiltración, pérdida de sangre y las infecciones nosocomiales. Todas las mencionadas retrasan el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, comprometen la seguridad del paciente y alteran su experiencia como usuario del centro sanitario.

Poca información es la que se tiene acerca de las complicaciones asociadas al uso rutinario del CVP en América Latina. Tampoco existen demasiadas guías o consensos clínicos que brinden pautas en español y que estén adaptadas al contexto local para prevenirlas. Los datos disponibles para la región proceden en su mayoría de investigaciones o normativas institucionales, que tienen como foco el control de infecciones intrahospitalarias. Además, en su mayoría se encuentran limitadas a centros sanitarios con mayores recursos y habitualmente situados en ámbitos urbanos. Es por eso que una nueva investigación despierta interés entre los profesionales de enfermería de Latinoamérica. Identifica áreas de fragilidad frecuentes en el procedimiento de colocación y mantenimiento de un CVP. Aquí se pueden mencionar a la baja adherencia de técnicas asépticas, el uso de soluciones de iodopovidona, la inserción del CVP en sitios no recomendados, o el empleo de cintas adhesivas no estériles como método de fijación.

¿Cómo se emplea el catéter venoso periférico en América Latina?

La evidencia aparece en un trabajo publicado recientemente en la revista Frontiers in Medicine. Lleva la firma en primer término de Rachel Walker, enfermera de Universidad Griffith (Australia). Se trata de un estudio, de corte transversal, que tuvo lugar en 132 hospitales de 5 países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México). Capturó información relevante para Latinoamérica a partir de 9.620 procedimientos realizados en población adulta (86%) y pediátrica.

Los resultados indican que en la región los profesionales de enfermería registrados son los que realizan más frecuentemente la colocación del CVP (52%). Aunque también aquí es realizado por asistentes de enfermería (41%). En un 76% de los procedimientos analizados la inserción del catéter fue exitosa en el primer intento. Pero en un 9% del total se requirieron al menos tres intentos para dar con un acceso venoso periférico.

En un 52% de los pacientes se constató colocación de un CVP en sitios poco convenientes, como por ejemplo la mano, la fosa cubital, o la muñeca. La técnica más empleada fue la conocida como aséptica “de no tocar. Aunque en el 98% de los hospitales se autorizaba el empleo de iodopovidona y en un 69% de ellos se permitía el empleo de cintas no estériles para cubrir la zona del catéter.

Como complicaciones más frecuentes durante el mantenimiento del CVP se destacan: el dolor, la hiperemia, o el edema (en 8% de los procedimientos). Además, se pudo constatar que en un 22% de los hospitales se recomendaba directamente el reemplazo rutinario de los catéteres (cada 8-72 horas, según el centro). Esto último no guarda sintonía con algunas guías que tienden a anteponer la evaluación clínica y la aparición de complicaciones como paso previo a la remoción.

Lo que deja el estudio para la práctica de la enfermería

Los autores esperan que la descripción de la realidad latinoamericana permita mejorar las prácticas de enfermería. Para ello ven como conveniente una mayor educación de los profesionales responsables de la colocación de CVP. Por otro lado, piden por guías de manejo en español que permitan unificar criterios y recoger lo último disponible para el contexto local. “Sin actualizaciones periódicas en español y portugués, resulta difícil que las enfermeras y auxiliares de enfermería de América Latina adhieran a prácticas basadas en la evidencia”, comentan en el artículo los autores.

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Fuente/s:

Walker RM, Pires MPO, Ray-Barruel G, Cooke M, Mihala G, Azevedo SS, Peterlini MAS, Felipe MDAA, Álvarez CP, Quintanilla M, Corzo MC, Villareal GC, Cigarroa EN, Pedreira MLG and Rickard CM (2023) Peripheral vascular catheter use in Latin America (the vascular study): A multinational cross-sectional study. Front. Med. 9:1039232. doi: 10.3389/fmed.2022.1039232

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