Contaminación: las partículas de carbono inhaladas se desplazan hasta el órgano a través del torrente sanguíneo, según estudio
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Las evidencias sobre la influencia del ambiente en la salud de la madre y de su hijo durante la gestación son cada vez más claras. Investigadores británicos han logrado probar que la exposición a entornos de contaminación durante el embarazo provoca que las partículas de hollín y otras variedades de carbono puedan llegar a la placenta a través del torrente sanguíneo.
Para alcanzar esta conclusión, los científicos de la Universidad Queen Mary de Londres, hicieron seguimiento a los embarazos de cinco mujeres que tenían partos programados por cesárea en el Royan London Hospital y, luego, analizaron las placentas de cada una, después del parto. Ninguna de las madres que participó en el estudio era fumadora, y todas tuvieron bebés aparentemente sanos.
“Hace tiempo que sabemos que la contaminación del aire afecta al desarrollo del feto y puede seguir afectando a los bebés después del nacimiento y durante toda su vida. Estábamos interesados en ver si estos efectos podrían deberse a partículas de contaminación que se mueven desde los pulmones de la madre a la placenta. Hasta ahora, ha habido muy poca evidencia de que las partículas inhaladas entren en la sangre del pulmón“, explicó a la agencia de noticias Europa Press la doctora Lisa Miyashita.
Al estudiar las placentas de las cinco mujeres, los expertos se centraron en el análisis de la acción de las células llamadas macrófagos, que funcionan envolviendo partículas dañinas y que, en la placenta, ayudan a proteger al feto. Después de analizar 3.500 de esas células de macrófago bajo un microscopio de alta potencia, los autores encontraron 60 células que contenían en total 72 pequeñas áreas negras de carbono. Según detallan, cada placenta tenía alrededor de cinco micras cuadraras de esa sustancia negra.
De acuerdo con los investigadores, en sus primeros estudios no esperaban encontrar tanta concentración de hollín en las placentas porque la mayoría de las partículas de carbono “debería ser engullida por macrófagos dentro de las vías respiratorias, particularmente las partículas más grandes, y solo una minoría de partículas de pequeño tamaño se moverían a través de la circulación”. Sin embargo, sus pruebas demostraron por primera vez que este químico puede llegar y almacenarse en la placenta y permanecer ahí incluso hasta el final del embarazo.
“Nuestros resultados proporcionan la primera evidencia de que las partículas de contaminación inhalada pueden pasar de los pulmones a la circulación y luego a la placenta. No sabemos si las partículas que encontramos también podrían pasar al feto, pero nuestra evidencia sugiere que esto es realmente posible. También sabemos que las partículas no necesitan entrar en el cuerpo del bebé para tener un efecto adverso, porque si poseen un efecto sobre la placenta, esto tendrá un impacto directo en el feto“, declaró a la agencia el doctor Norrice Liu, pediatra, investigador clínico y coautor del estudio.
Los resultados de esta investigación fueron difundidos en el marco del Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, celebrado en París y registrado por InfoSalus.
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